blog de la asociación urbanismo ciudadano de cuenca

viernes, 22 de febrero de 2008

PARA QUE NOS SIRVA DE EJEMPLO

La ubicación de la estación y el elevado precio
de los billetes ahuyentan a posibles usuarios

Tarragona no cambia de hábitos


Esteve Giralt
LA VANGUARDIA

Sintomático o no, seis de los 26 pasajeros que subieron al primer AVE que salió de la estación de Camp de Tarragona con destino a Barcelona eran miembros del sindicato ferroviario de CGT. Otros dos usuarios se montaron porque les habían tocado los billetes en un sorteo. “Viajo en AVE para protestar. El 98% de la gente de Tarragona no lo utilizará”, explicó Joan Ramón Ferrandis usuario habitual de la línea de regionales que une el litoral de Tarragona con Barcelona, además de miembro de CGT. En el vestíbulo de la estación de Camp se respiraba prácticamente la misma tranquilidad que antes de que Tarragona estuviera unida con la alta velocidad a Barcelona.
A la misma hora, en la estación de tren de toda la vida de Tarragona ciudad, paso ligero de centenares de pasajeros en dirección a Barcelona. En ambas estaciones, los usuarios ferroviarios tienen claro que por ahora no podrán cambiar los regionales por la alta velocidad. Coinciden en destacar que la estación de Camp de Tarragona, en Perafort, esta mal ubicada, alejada de Tarragona y Reus, y en que el precio de los billetes, sin posibilidad de abonos, es elevado. Hubo también lugar para la esperanza. “Estoy encantado con la legada del AVE”, aseguró Josep Miquel Gorgojo, vecino, eso sí, de Perafort, a tres minutos de la estación.
Salvador Batlle, empresario de Reus, no estaba para alegrías. Viaja con frecuencia a Madrid y Barcelona por trabajo, y ayer esperaba el AVE para ir a la capital de España, después de pagar los 32 euros que cuesta el taxi que lo lleva a la estación de Camp de Tarragona. “Soy un enamorado de los trenes”, confesó, aunque aseguró que sus esperanzas no están en el AVE para ir a Barcelona, sino en la circulación de trenes regionales.
La estación actual ha dejado insatisfechos a los vecinos de Tarragona y Reus. El Ayuntamiento tarraconense centra ahora sus esfuerzos en conectar con trenes lanzadera la futura estación de trenes del centro de la ciudad con la del AVE, situada a 15 minutos en coche y 20 en autobús.
Mucho se ha escrito sobre los efectos que tendría la llegada del AVE a Barcelona para Tarragona. Por ahora tardará en llegar la revolución en la movilidad, a juzgar por el interés inicial de los tarraconenses por la alta velocidad en versión barcelonesa. Antes, también se dijo que con su llegada la Costa Daurada, una de las playas de Madrid, enloquecería, cosa que aún no ha sucedido un año y dos meses después de cortar la cinta.

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