blog de la asociación urbanismo ciudadano de cuenca

miércoles, 10 de septiembre de 2008

LOS RASTROS QUE DEJA LA ESPECULACIÓN Y EL "BOOM" INMOBLIARIO EN NUESTRA REGIÓN. NO SERÁN LOS ÚLTIMOS

Una ciudad fantasma y ruinosa en la región de un gran amigo de Bono


Eldigitalcastillalamancha.es
Ya son dos las ciudades fantasma de Castilla-La Mancha, megaproyectos inmobiliarios que eran el negocio del siglo y se han vuelto ruinosos.

10 de septiembre de 2008.

Lo cierto es que en los dos casos se ha relacionado a Bono con sus promotores. La primera en ser calificada como "ciudad fantasma" por la prensa internacional fue la promoción inmobiliaria de Francisco Hernando, "El Pocero", en la localidad toledana de Seseña, donde el enorme negocio que este singular empresario tenía perfectamente diseñado se ha convertido en un duro revés para sus intereses y en un escándalo político-inmobiliario que ha pillado por medio al presidente del Congreso de los Diputados, José Bono. La culpa es de las dichosas máquinas de "El Pocero" que presuntamente trabajaban en la hípica de Bono cuando se tramitó en la Junta la aprobación del expediente urbanístico de El Quiñón de Seseña.

Pero no es el único caso en el que se le ha implicado a Bono, aunque sea tangencialmente. Esta semana ha saltado a los medios informativos la situación precaria en la que se encuentra el proyecto "Ciudad Valdeluz" de Rafael Santamaría -presidente de Reyal Urbis y un viejo y buen amigo de Bono- en la localidad guadalajareña de Yebes, en la que algunos creyeron ver un inmenso negocio si levantaban una megaciudad en las proximidades de la parada del AVE de la capital alcarreña. La idea era meter 30.000 nuevos vecinos en un pueblo de apenas 250.

A la puesta en marcha del proyecto contribuyeron algunos altos dirigentes del PSOE en Guadalajara como intermediarios en la compra-venta de los terrenos a la familia del marido de Esperanza Aguirre. Curiosamente consiguieron crear un escándalo en torno a la presidenta madrileña por el mero hecho de vender dichos terrenos y desviaron la atención sobre sus propias actividades y las circunstancias en las que se estaba desarrollando la operación, entre otras la intervención directa de dichos dirigentes socialistas y el hecho de que Rafael Santamaría iniciara en Yebes su actividad inmobiliaria en la región después de construir el chalé de Bono en Olías del Rey y de asumir por entonces la obra de su hípica en Toledo.

Lo más llamativo ahora es que tanto "Pocerolandia" en Toledo como "Avelandia" en Guadalajara son proyectos fallidos y sus promotores pasan por una complicada situación financiera, sobre todo en el caso de Reyal Urbis. "El Pocero" quería meter en Seseña 40.000 vecinos nuevos y por ahora no viven más de trescientos. Rafael Santamaría quería meter 30.000 en Yebes, y sólo viven 200, y además quieren vender y marcharse por la falta de servicios que sufre la urbanización y porque en Guadalajara nadie usa el AVE, algo que no calculó Reyal Urbis ni las demás empresas –algunas muy conocidas y llamativas- que le compraron suelo al famoso e influyente constructor.

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