blog de la asociación urbanismo ciudadano de cuenca

martes, 28 de abril de 2009

OTRA INTERESANTE OPINIÓN SOBRE EL P.O.M.

Cuenca se podría convertir en una “Ciudad Fantasma” si se aprueba el POM
Miércoles, 22 de Abril de 2009


Según el estudio que ha redacto Unión Progreso y Democracia, al cual a tenido acceso cuencanews, el Ayuntamiento de Cuenca tiene previsto aprobar a finales de año el Plan de Ordenación Municipal.
Desde su nacimiento el plan ha venido acompañado de polémica, sobre todo por sus previsiones de crecimiento para la ciudad y por la cantidad de suelo clasificado. Pero otros aspectos decisivos del POM no han sido suficientemente analizados y sus consecuencias son desconocidas por la opinión pública.
Dada la importancia decisiva que tendrá este plan para el desarrollo de la ciudad de Cuenca, UPyD-Cuenca ha realizado, en colaboración con arquitectos y profesores de la UCLM, un estudio de la versión del POM que se expuso públicamente. El balance es muy negativo y preocupante.
Desde UPyD de Cuenca esperan que este informe tenga la repercusión suficiente en la ciudadanía como para hacer reflexionar a los responsables urbanísticos del Ayuntamiento.


Unas previsiones inalcanzables y un crecimiento sin control
Para UPyD de Cuenca el aspecto más llamativo y comentado del POM es su previsión de que Cuenca cuadruplicará su población en 12 años, llegando a los 230.000 habitantes. Esta previsión se hace inverosímil al saber que Ciudad Real en 20 años, con el empuje del AVE y la universidad, sólo ha pasado de los 50.000 a los 70.000 habitantes. Es decir, un crecimiento del 40% frente al 300% que prevé el POM para la capital conquense.
Esta previsión sirve para justificar la decisión más extraordinaria del POM: clasificar como suelo urbano o urbanizable la increíble superficie de 3.000 hectáreas. De esta forma Cuenca alcanzaría una extensión de cuatro kilómetros de ancho por 11 de largo, desde Nohales hasta La Melgosa. Por otro lado el plan municipal se apoya en este elevadísimo crecimiento para dar sentido a la localización de la futura Estación de AVE a cuatro kilómetros del casco urbano.
Pero el verdadero problema aparece al comprobar que el plan no obliga a construir de un modo lógico, es decir, desde el centro hasta la periferia. Se admite tácitamente edificar en un sector sin haber completado los anteriores. La decisión estratétiga más importante de un plan de este tipo se deja en manos de los intereses inmobiliarios. Este crecimiento desordenado generará urbanizaciones dispersas e inconexas.
Si además manejamos previsiones de crecimiento más realistas que las que aporta el POM, la situación se agrava todavía más. Siendo muy optimistas podríamos imaginar que la población de Cuenca se duplicase en 10 años, lo que implicaría un crecimiento del 100%. A pesar de ello, en los nuevos“barrios” no se alcanzarían los 30 habitantes por hectárea, una densidad de población tremendamente baja, trece veces menor que la del centro actual de la ciudad.
Para UPyD de Cuenca los numerosos y graves problemas se que ocasionan en las ciudades con densidades tan reducidas.
Una ciudad inhóspita y dispersa.
El problema de la baja densidad de población
Uno de los aspectos más determinantes a la hora de diseñar una ciudad o un ensanche urbano es el de la densidad de población.
En las ciudades o barrios menos de 100 habitantes por hectárea el pequeño comercio y el trasporte público no son rentables, por lo que el automóvil se hace imprescindible.
La tradicional calle de barrio llena de vida, con viviendas, comercios, bares y pequeños talleres, desaparece en favor de anchas e inhóspitas avenidas desiertas sólo recorridas, a gran velocidad, por automóviles que van o vuelven del trabajo. Se produce un proceso de deshumanización por el que desaparecen las pequeñas escalas, y finalmente los centros comerciales sustituyen al espacio público como lugar de relación social. Todoello significa más consumo energético, más contaminación atmosférica y acústica y menos tiempo para actividades personales o sociales. Esta ciudad “dispersa” es menos saludable, menos humana, más contaminante y tremendamente más cara, pues se disparan los kilómetros de carreterasconstruidas, tendido eléctico, abasteciemiento de agua, gas, telefonía, alumbrado.
Volviendo al caso de Cuenca, en el ensanche previsto por el plan municipal, si se cumpliera su previsión de cuadruplicar la población, se alcanzaría una densidad de población máxima de unos 85 habitantes por hectárea, ya muy por debajo de umbral de los 100 hab./ha. Pero ya hemos explicado que probablemente se tardarán décadas en llegar a esa cifra. Siendo más realistas y basándonos en las cifras expuestas anteriormente, los nuevas barriadas rondarán los 20 o los 35 habitantes por hectárea, a lo sumo. El resultado sería un ciudad fantasma de calles desiertas, solares vacíos y bloques aislados “con vistas a la nada”.
Conclusiones
Si el POM no es modificado sustancialmente, los nuevos barrios de Cuenca tendrán el aspecto de las más inhóspitas y monótonas periferias madrileñas, ya que el plan conquense aplica sus mismos criterios urbanísticos: espacio público sobredimensionado, baja densidad de población y separación del las zonas residenciales de las de actividad económica, comercial y de ocio. Y es que el POM incurre en casi todos los errores “de libro” que urbanistas, sociólogos, la Unión Europea o las Naciones Unidas recomiendan evitar si queremos diseñar ciudades sostenibles y humanas.
El fracaso de este modelo de ciudad está empíricamente demostrado, pues ya hace más de 20 años que se empezó a aplicar de forma masiva en muchas ciudades y periferias de España, y las consecuencias están a la vista de todos. El reciente caso de los Programas de Actuación Urbanística(PAUs) de Madrid han terminado de confirmarlo. Pero por desgracia el caso de Cuenca será probablemente más grave. Aquí a los criterios erróneos de diseño habrá que añadirle la desproporcionada cantidad de suelo urbanizable y la ausencia de estrategia y control sobre el crecimiento de la ciudad.
Después de este cúmulo de despropósitos es inevitable pensar que la principal preocupación de los redactores del Plan ha sido asegurar durante años el enriquecimiento de las arcas del Ayuntamiento, mediante las enormes plusvalías que generarán los terrenos clasificados. De paso el sector inmobiliario y los pocos propietarios de los terrenos obtendrán beneficios millonarios, sobre todo los que poseen las fincas donde de construirá la estación del AVE. Los intereses de los conquenses no parecen haber tenido cabida en los planes del POM.
Recientemente la Unión Europea ha amenazado con interrumpir la provisión de fondos estructurales si en España se siguen cometiendo los abusos derivados de la “urbanización masiva”. Ante la reconocida incapacidad de la justicia española para hacer frente a este fenómeno la UE ha solicitado“que se declare una moratoria de todos los planes urbanísticos nuevos que no respetan los criterios rigurosos de sostenibilidad medioambiental”.
Desde UPyD consideran primordial se realice este alto en el camino y reflexionar sobre cómo evitar que el diseño de las ciudades esté en manos de los poderes económicos, enriqueciendo a unos pocos en vez de satisfacer el interés general. Otros países, como Holanda, ya lo hicieron en su día.



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